LA HISTORIA DE LA MARINERA NADI

Tenía cinco años cuando mi familia y yo nos mudamos a Estados Unidos. Estaba convencida que algún día me encontraría con Barney en el parque o cantaría con Mickey en un programa de televisión. Audicioné para un canal y pase a la siguiente ronda de audiciones, pero en ese momento no teníamos el dinero para seguir el proceso. Recuerdo que nos pusimos de acuerdo con mi mama que "si era plan de Dios, Él iba a proveer". No lo hizo en ese momento, pero me puso en los lugares correctos para prepararme para lo que había planeado. Durante los siguientes años, me filmaba bailando en la sala, participé en obras de teatro del colegio y en producciones de la iglesia y hablaba en voz alta como si estuviera hablando a una cámara. Hacia producciones musicales en nuestro patio, cocinaba actuando que tenía mi propio programa de cocina e imaginaba cómo me llevaría con las estrellas de Disney Channel de mi época.

Aunque crecí, no cambié mucho. Sigo amando bailar, escribir y crear. Obedecí la voz de Dios para comenzar mi blog, servir en el ministerio de niños con todo mi corazón y tomar lecciones de canto durante una temporada difícil creyendo que Dios tenía cosas buenas para mí. Sin que me diera cuenta, Dios me estaba preparando.

El 21 de marzo, el primer episodio de MCI Kids en Línea se trasmitió por YouTube. Seré sincera, el día que recibí el mensaje para ser parte del programa no me di cuenta que le estaba diciendo "sí" a mi sueño de la infancia. Solo estaba diciéndole ¨sí¨ a otra oportunidad para servir en la iglesia. Pero el sábado que transmitimos nuestro primer episodio, algo en mi corazón se despertó. Y cada fin de semana desde entonces, he podido ser parte de un programa que llega a miles de hogares en todo el mundo, llevando el mensaje de un Dios que es bueno y un amigo fiel (Jesús) que son reales y estan vivos.

Comparto esto porque nunca se trata solo de las historias que ven en Instagram, se trata de la gracia de un Dios que vio algo en mí que quiso usar. Se trata de una relación con Jesús construida ladrillo por ladrillo que me lleva al cumplimiento de mis sueños.

Una de las primeras cosas que recuerdo que me enseñó mi mamá cuando era niña es que todo lo hacemos es solo para una persona. Las luces son geniales, los disfraces son divertidos y conocer a quienes servimos siempre es emocionante, pero no damos lo mejor por las cámaras ni las personas, damos lo mejor por Aquel que nos permite hacerlo. Entregarle nuestros sueños a Dios NO es lo mismo que darnos por vencidos; el temor y la inseguridad nos hacen darnos por vencidos, pero la confianza y el verdadero amor nos dan la fuerza para rendirnos a Él. Esa niña de nueve años que entregó su sueño de estar en Disney Channel a Dios está aquí para decirte que valió la pena al 100000%. Cada semana tengo la oportunidad de vivir los caminos más altos, pensamientos más altos y planes mejores de Dios. ¡Él es así de bueno!

Creo que es importante entender que la preparación no está en guerra con la rendición. Lo curioso es que ni siquiera me di cuenta que me estaba preparando para este momento. Honestamente, simplemente estaba haciendo lo que he hecho toda mi vida: servirlo y hacerlo solo para Él. Es hermoso como Dios usa el estar rendidos y nuestra obediencia para construir el Camino de la Preparación. Nota que dije camino y no Estación de Preparación. Es un viaje, un caminar, un proceso. Podemos ser intencionales con muchas cosas, ¡y deberíamos serlo! Pero muchas de las cosas que me prepararon para esta temporada fueron simples "sí" en mi día a día. Entonces dile SÍ a las oportunidades de servir, crecer, aprender y dar. Presta atención a lo que Dios quiere de ti y para ti.

Soy una prueba viviente de que Él cumple Su Palabra, no solo porque me ama (y eso que me ama MUCHO), sino porque está en Su naturaleza ser fiel a Sí mismo. Él no nos miente porque está "mal" hacerlo, no miente porque va en contra de Su naturaleza. ¡Lo que Dios ha prometido, lo cumplirá! Cómo, cuándo y dónde lo hace depende de Él. Así que querido amigo, mantente fiel, sigue soñando y mantente expectante.

De tu amiga marinera, agente, exploradora,

Nadia Kay