5 tips para leer la Biblia
Comenzaré siendo honesta… por mucho tiempo leer la Biblia fue DIFÍCIL para mí. Cada 1 de enero, empezaba a leer Génesis y decía: ¨¡Este es el año en el que leeré la Biblia completa!¨… ¡No lograba ni terminar Números! 😂 Entonces me desanimaba y me sentía culpable, hasta que lograba motivarme para empezar de nuevo.
La oración y adoración siempre me han fluido, pero el leer no era mi ¨fuerte¨, aunque lo hacía y con buenas intenciones. Con el paso de los años, he llegado a amar y atesorar verdaderamente la Palabra de Dios… me involucré emocionalmente con ella. Creo que este cambio de desear profundamente la Palabra comenzó cuando viví una época de depresión y soledad. Durante esa temporada, dependía totalmente de Sus palabras para seguir adelante. Creo que nunca había necesitado tanto escuchar Su voz como en ese entonces. Ese fue el comienzo de mi historia de amor con la Biblia.
No se tú, pero yo crecí en una casa con MUCHAS Biblias; Biblias de diferentes colores, en diferentes versiones e idiomas. Habían Biblias por todas partes, en la oficina de mi papá, en la mesa del comedor, al lado del sofá. Me conocía las historias, había memorizado versículos, la leía, estudiaba y enseñaba. Y aunque todo iba bien, estoy muy agradecida que Dios me hizo la invitación al lado profundo de la piscina. Él quería mucho más que solo completar un plan bíblico, Él quería y quiere mi corazón.
Las palabras escritas en la Biblia tienen un poder transformador único, que a menudo pasamos por alto por el afán, pero Él siempre está ahí y siempre está dispuesto.
Creo que uno de los mayores obstáculos cuando se trata de la leer la Biblia es su accesibilidad. Si no tenemos cuidado, la accesibilidad puede robarnos nuestro asombro simplemente porque nos acostumbramos a tenerla cerca. Cuando comencé a considerar lo valiosa que es la Biblia, las cosas empezaron a cambiar en mi. Comencé a pensar en los mensajeros que arriesgaron sus vidas para llevar las cartas de un lado a otro; los escritores que apesar de ser rechazados y acusados, siguieron caminando con Dios; en las personas que cientos de años después pagaron por la traducción y distribución de las Escrituras. Las Biblias que hoy tenemos en nuestras casas son el resultado del sacrificio de muchas generaciones anteriores. Pero yo nunca he tenido que arriesgar mi vida para comprar una Biblia, tampoco entrarla a mi casa a escondidas por temor a que mis padres me descubrieran. Entonces debo recordar constantemente lo valiosa que es la Palabra de Dios; recordar que las palabras escritas ahí vienen directamente del corazón de Dios acerca de Su hijo, Su plan, y Sus sueños.
Cuánto más valore la Palabra, más la podré atesorar en mi corazón. Cuando amo la Biblia, me emociono al leerla, persevero aún cuando no quiero, y me comprometo al cien… aún con mis dudas y preguntas (y quiero ayudarte a que eso sea un poco más facíl). Espero que estos tips te ayuden y transformen la manera que te relacionas con la Biblia.
1. Buscar
Te motivo a que busques una versión de la Biblia que sea facíl de entender y que te guste. Esto te puede tomar un poco de tiempo, pero valdrá la pena. Puedes escoger un plan de lectura para tener una guía clara todos los días. También puedes juntarte para leerla con amigos. Recuerda que no leemos la Biblia para ganar ¨puntos¨ con Dios, lo hacemos para conectarnos a la fuente. Mi lectura y estudio de la Palabra muchas veces se acomoda a lo que esté viviendo o enfrentando. Tenemos libertad para estudiar un personaje, re-leer un libro varias veces, o estudiar un tema especifico. Aquí les comparto unos recursos super cheveres:
(Para chicas) Estudio de 40 días
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2. Preguntar
Muchas veces leemos solo una parte de la Biblia sin haber tomado en cuenta la voz de narrador, los eventos previos, o la audiencia. Al leer, pregúntate:
¿Quién está hablando? (Dios Padre, un profeta, un rey, Jesús, un ápostol)
¿Para quién es el mensaje? (¿Fue escrito para judios, gentiles, ambos, discipulos, iglesias, una familia?)
¿Hay un tema repetitivo? (Ponle atención a los verbos, a la secuencia de la historia, a lo que se repite o enfátiza vez tras vez)
Estas preguntas nos ayudan a comprender lo que estamos leyendo. Leer EN VOZ ALTA es algo muy importante para mí porque me obliga a leer lentamente y hace que me concentre. En realidad, la Biblia fue escrita para ser leída en voz alta y cuando lo hago, puedo ponerme en el lugar de quienes escucharon esas palabras por primera vez. Esto me ayuda a comprenderla y aplicarla en mi vida.
3. Profundizar
De tapa a tapa, la Biblia se trata de Jesús, por ende, leerla también se trata totalmente de Él. El aprender del corazón, cáracter y propósito de Dios transforma la manera en la que pensamos, vivimos, y vemos el mundo. Me he retado a leer la Biblia, no para sacar algo de ella, sino para aprender acerca de Él. Aclaro, la Biblia contiene promesas, dirección, historias para alimentar mi fe, motivación, exhortación y mucho más que necesito y Dios quiere que acuda a ella. Sin embargo, quiero leerla no solo para escuchar lo que Dios quiere decir, sino para deleitarme en Su voz. Me gusta preguntarme:
¿Este texto qué me enseña acerca del corazón de Dios?
¿Dónde veo a Jesús en esta historia?
¿Esta porción de la Biblia cómo encaja en el mensaje completo?
¿Qué puedo aprender de esto para acercarme más a Dios?
En libros como Números, por ejemplo, hago una pausa después de leer un capítulo para considerar qué me apunta a Jesús o si conecta a una historia que conozco. Me pongo en el lugar de la audiencia, en este caso el pueblo de Israel escuchando a Moisés, y considero si hay algún lugar en mi vida donde pueda aplicar los principios sobre los que estoy leyendo.
4. Preparar
La Biblia es poderosa por el hecho que es la Palabra de Dios. Sin embargo, creo que la postura de mi corazón influye el efecto que tiene en mí. Sin importar lo que esté pasando, puedo tomarme un momento para respirar y ¨resetear¨ mi corazón. Al abrir mi Biblia, lo hago con un corazón listo para descubrir, explorar, escuchar, meditar, y disfrutar. Incluso cuando no “siento” nada, persevero. Sigo, apesar de la resistencia de mi corazón o las distracciones en mi mente hasta que encuentro a Jesús. Puede que tenga que volver a leer un capítulo varias veces antes de poder conectarme realmente, pero está bien. La lectura de la Biblia no es una tarea, es un descubrimiento de Su corazón.
5. Compartir
Me he dado cuenta que a medida que más hablo de la Biblia, más la tengo presente. También he notado que cuando la comparto, viene más entendimiento. Hay algo poderoso en hablar de la Biblia con amigos.
Compartir un verso de motivación y esperanza con otros, multiplica su efecto en ti. La mejor manera para aprender de la Palabra es teniendo conversaciones de ella.
Una vez escuché a alguien decir: ¨Cuanto más lo haces, más lo haces¨. Esto se puede aplicar a cualquier cosa, tanto lo bueno como lo que no nos conviene; hacer ejercicio, comer comida chatarra, hablar negativamente o… en el caso de hoy, ¡leer la Biblia! ¡Cuanto más la leas, más la leerás! :) Espero que te sientas en buena compañia, animado e inspirado a sacar tu Biblia y volverlo a intentar. DIOS, el Creador del cielo y de la tierra, el Amigo más puro, verdadero y bondadoso, quiere hablar contigo a través de la Biblia.
¨Abrir para conocer Su corazón, Su voz, y Su carácter¨
