¨...el día que el maná cesó...¨

Hoy estuve organizando mis archivos de Google y encontré lo que estás a punto de leer. La verdad no fue escrito para ser publicado, por lo general, escribo este tipo de reflexiones personales en mi cuaderno, pero por algún motivo, esta la escribí en el compu. Cuando lo leí hoy, sentí que debía compartirlo. Traducida e editada para ti… aunque no sé exactamente para quién es, obedeceré porque Él sí sabe. :)

Como siempre, espero que esto te bendiga y te anime y sobre todo, que escuches lo que Él quiere decirte.

1 de abril del 2022

*Una entrada de ¨diario¨ para mi propio archivo personal… algo para leer y reflexionar en los próximos años.

¨Manᨠsignifica ¨¿qué es esto?¨. Tendemos a relacionar el maná con el pan, la escasez y ¨solo lo suficiente¨. Pero he vivido del maná por años y aún así he tenido provisión y grandes oportunidades. El maná fue provisión sobrenatural, no debemos menospreciar el milagro.

En la temporada en la que estoy, he mirado a Dios en varios momentos preguntando: ¨¡Dios, maná! Dios, ¿qué es esto?¨ Creo que Él me está diciendo una cosa pero mis circunstancias profesan lo contrario. Un día, estoy llena de esperanza y creyendo en lo imposible y al siguiente, siento que mi esperanza me ha causado vergüenza. Creo que ignoramos cuántas capas pesadas y detalles intricados forman parte de cada etapa y circunstancia. Pensamos que todo es ¨blanco y negro¨ y nos castigamos cuando no podemos descifrar qué es ¨eso¨. Pero si la Creación me enseña algo sobre nuestro Buen Dios y Soberano Creador es que blanco y negro no son los únicos colores de Su paleta.

Josué 5:12 dice: “Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.”

Esa es mi promesa, que un día ciertamente comeré el fruto de la tierra (Isaías 62, 65). Y ese día no le preguntaré a Dios, ¨¿qué es esto?¨, sino que miraré a mi alrededor y lo que por tanto tiempo no tuvo forma ni sentido, será hermoso y claro. Será la evidencia que cuando ponemos nuestra esperanza en Jesús nunca somos avergonzados. Así cómo las características y personalidad de un bebé están ocultas hasta el momento de su nacimiento… llegará el momento de conocer lo que Dios hizo dentro de mi durante el proceso.

Espero ansiosamente el día en que cesará el maná. El día en que comeré del fruto de la tierra. No hay lágrima que mi Padre desperdicie, semilla que no haya contado, sacrificio que no haya visto, oración que no haya escuchado. Creo que Él lo ha visto todo y cada sacrificio, por grande o pequeño que parezca en mis ojos, ha significado mucho para Él... lo ha hecho sonreír porque puede ver más de Jesús brillando a través de esta vasija de barro agrietada. Todo será usada para mi bien y mi tierra no solo me alimentará a mi, sino que será un lugar donde otros podrán venir a comer el fruto que he cultivado, podrán sentarse a la sombra de los árboles que Él plantó (Isaías 41) en el desierto para mí, podrán comer el fruto por el que trabajé… porque eso es lo que Jesús hizo por mí, murió y me dio el fruto de Su sacrificio para ser saciada (Juan 12:24).

Gracias Jesús.

Tu amiga,

Nadia Kay🌟