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I write about finding joy in the BIG moments and the little things. Let’s be happy together :)

EL DOLOR DEL CORAZÓN QUE TRAE PROVECHO

EL DOLOR DEL CORAZÓN QUE TRAE PROVECHO

Siempre he querido que mi rinconcito del internet inspire, motive y dé esperanza. Quiero que los amigos que ven mi contenido encuentren razones para sonreír y recuerden todo lo bueno que hay en sus vidas.

Considero que mi contenido es una extensión de mi vida, lo que significa que la alegría no solo es mi enfoque cuando escribo, publico fotos y hago videos, sino que me esfuerzo por proteger mi paz y cultivar gozo en mi vida todos los días. Por esta razón, entenderán por qué siento que escribir esto es cómo estar en un territorio un poco desconocido. Pero el crecimiento a menudo nos invita a salir de nuestra zona de confort. Así que, aquí vamos…

Seguramente están enterados de lo que está pasando en Ucrania en este momento y es probable que también hayan escuchado que esta semana el gobierno colombiano despenalizó el aborto hasta las 24 semanas, por lo tal, no entraré en detalles aquí. Pero sí les quiero contar que todo esto ha cargado mi corazón. Para ser honesta, inicialmente intenté rechazar la noticia, no quería correr el riesgo de sentirme triste o tener miedo. No sabía cómo procesar todo lo que estaba pasando y no estaba segura de querer hacerlo. Procesarlo podía llevarme a sentir algo incomodo y no sabía si quería arriesgarme a eso. Especialmente si sentirme triste, o incluso enojada, por lo que les está pasando a los demás amenaza con interrumpir mi propia paz y felicidad. 

Pero anoche, decidí abrí mi corazón. Mientras me permití sentir tristeza por lo que está pasando en Ucrania, mientras me sentía enojada y quebrantada por la ceguera del gobierno para despenalizar el aborto (lo cuál estamos luchando en oración y marchas), sentí que Dios se acercó. Lo sentí más cerca de lo que estaba cuando yo intentaba no dejar que la noticias me afectarán. Y recordé las palabras de Jesús en el Monte de las Bienaventuranzas:

¨Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados".

Mateo 5:4

Siempre tomé este versículo para mi propio dolor, creyendo que no hay oración que Dios no escuche, lágrima que Él no cuente y dolor de corazón que Él no deje sin consolar, y sigo creyendo lo mismo. Pero anoche me preguntaba si este versículo podría referirse a llorar por otros. ¿Será que este tipo de lloro no solo puede traer consuelo a ellos, sino a mí también? ¿Será que el sentir dolor en mi corazón por algo tan lejos de mi realidad puede producir un poco más de lo eterno en mí? ¿Qué tal Dios quiera desatar un nuevo tipo de consuelo -- algo mucho más grande que lo que hemos conocido, un consuelo que fortalece a la Iglesía y produce gozo en la adversidad -- pero que solo vendrá cuando lloremos con y por otros?

He aprendido que debemos tener un equilibrio al manejar nuestras emociones. Negar o esconder lo que sentimos puede ser tan dañino como dejar que estas gobiernen nuestra vida. Reconocer lo que estamos sintiendo y LLEVARSELO A DIOS nos impulsa al crecimiento, la esperanza y renueva nuestras fuerzas. Pero reconocer y aceptar son dos cosas diferentes. Así que de ninguna manera estoy diciendo que aceptes la tristeza. Lo que estoy diciendo es que está bien dejar que nuestro corazón sienta dolor por la condición de otros. (Este dolor, sin embargo, bajo ninguna circunstancia debe llevarnos a criticar, juzgar y contribuir al daño). Si se lo permitimos a Dios, ese dolor puede impulsarnos a orar por los demás, llorar con ellos y experimentar un consuelo que es para los humildes.

Creo que ya todos hemos llorado mucho por nuestras propias circunstancias y problemas. Y sinceramente creo que Dios nos ha escuchado y está obrando a favor de Sus hijos. ¿Pero no creen que hay algo más en la oración que solo yo-yo-yo? Mi alma ha recibido tanto descanso y consuelo cuando oro por los demás. Puede que no entienda la teología detrás de esto, pero sé que orar por otros y caminar con ellos en su dolor me fortalece a mí. Lo que está pasando en el mundo es una oportunidad para que respondamos con amor genuino y hambre por ver el Reino de Dios en la tierra. Es tan fácil ser el cristiano que no queremos ser -- el cristiano que voltea la mirada cuando alguien está en dolor, el que escoge su propio bien por encima del bien de su prójimo, el que está muy ocupado haciendo la obra de Dios para parar y arrodillarse para llorar con Jesús. 

Aunque mi mente no puede comprender completamente el dolor que otros están experimentando, mi corazón puede inclinarse hacia la compasión y despertar mi espíritu a orar. Si el dolor que siento en mi corazón solo resulta en una publicación en las redes sociales o un comentario de lástima, entonces no lo he entendido. Este mensaje es para mí; anoche fui confrontada por mi falta de atención a las prioridades de Dios. Estoy agradecida por la tristeza que sentí, por el dolor piadoso que produce oración, o como lo expresó Pablo, ¨la tristeza que lleva al arrepentimiento¨ (2 Cor 7:10). Quiero recibir misericordia, quiero heredar la tierra, quiero ser saciada. Pero todas esas cosas son el resultado de la humildad, la compasión, y el amor sacrificial. Mi respuesta a esta invitación es ¡¨sí¨!  Quiero llevar el yugo de Jesús, quiero llorar con Él porque…

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.

Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla;

Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.

Salmos 126:5-6

Tu amiga,

Nadia Kay 🌟

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