GRATITUD Y EXPECTATIVA PARA EL FUTURO
De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.
Josué 21:43-45
Tal vez sea un poco extraño comenzar el año con un versículo que forma parte de la culminación de una etapa en la historia de Israel. Pues solo después de muchos años de luchar contra el enemigo y conquistar su tierra prometida pudieron decir: ¨Todo lo que Dios prometió lo cumplió¨.
Casi que puedo escuchar la emoción brotando de sus corazones cuando la realidad de la promesa se hizo evidente. Después de tanto confiar, tanto trabajo, tanto tiempo, finalmente lo lograron. La emoción que sintieron se debe parecer a la sensación que tengo al llegar a la cima de Monserrate… solo que en una escala MUCHO mayor. Como el alivio que se siente después de entregar la última tarea del semestre o la paz y la gratitud que llena el corazón después de que tus hijos se duermen. Es una sensación de asombro, logro y agradecimiento.
Tal vez los versículos anteriores describen el final de tu 2021. O tal vez pudiste entender que lo que ha sucedido en los últimos dos años ha sido la preparación para lo que Dios tiene reservado para el 2022. Sin importar de qué lado te encuentras, quiero retarte a lo siguiente: ¿Y si no esperáramos hasta la cima de la montaña para alabar? ¿Qué pasaría si no reservamos nuestra gratitud para un logro, sino la usamos como herramienta para abrir camino?
Yo decido comenzar el 2022 con un corazón que diga: ¨Dios, gracias por un año lleno de risa, sueños cumplidos, muchos viajes, la recompensa de mi fe, y celebración¨.
La gratitud profética es nuestro tema de hoy. En publicaciones anteriores, aprendimos cómo estar presentes en el momento y el poder que tiene la gratitud para cambiar nuestra perspectiva. Luego hablamos sobre recibir paz para nuestro pasado y dar gracias por lo que fue y lo que no fue. Tomamos esos momentos incómodos del pasado y les dimos la libertad de convertirse en el trampolín que nos impulsa hacia nuestro gran futuro. Antes de entrar en lo práctico de la gratitud profética (que es mucho más sencillo de lo que parece, pero TAN poderosa), quiero compartir los siguientes pensamientos:
Un estudio realizado por neurólogos hace años demostró que la ansiedad y la gratitud no pueden coexistir en el cerebro al mismo tiempo. En otras palabras, la gratitud tiene un efecto físico en tu cerebro.
Mi papá dice que la gratitud nos conecta con el corazón de Dios. Si quieres estar más cerca del cielo, sé más agradecido.
Lo he dicho antes, pero lo repito nuevamente: gratitud es la semilla que da el fruto de la alegría.
La gratitud evita que nuestro corazón se aburra. Mantiene nuestros corazones tiernos hacia Dios y lejos del orgullo y el egoísmo. Una persona que da gracias vive asombrada por la bondad de Dios aún cuando las cosas no van tan bien.
Ocasiona actividades/espacios que produzcan alabanza en tu corazón. Haz algo que te haga muy feliz y te lleve a darle gracias a Dios. Puede ser ir a comer tu helado favorito, llamar a una amiga, planear un viaje, etc… pero que esas cosas hagan que alabanza brote de tus labios.
Quiero desafiarlos a que den gracias antes de ¨lograrlo¨. La gratitud profética es simplemente dar gracias de antemano. Es añadir fe a nuestra gratitud ... ¡que dúo tan poderoso!
Pero lo que realmente hace que esto sea poderoso, como muchas cosas en la vida, es ponerlo en práctica. Puedes practicar la gratitud profética mientras te alistas en la mañana, después de orar o mientras vas camino a la escuela o al trabajo. A mi me gusta hacerlo al comienzo del día para llenar las siguientes horas de vida y gracia. Creo que la mejor manera de explicar esto es darles algunos ejemplos:
¨¡Estoy agradecida por las formas en que Dios expresará su amor por mí hoy!¨
¨¡Estoy agradecida por el ascenso que recibo en mi trabajo!¨
¨¡Estoy muy agradecida por las increíbles amistades que voy a construir este año!¨
"Estoy agradecida de que ya no tengo ese dolor de espalda."
"Estoy agradecida que hoy la bondad de Dios me persigue a donde yo vaya."
“¡Estoy agradecida por la intervención de Dios en mi familia!”
Piensa en tus sueños y metas para este año. ¿Quién quieres ser? ¿Qué lugares quieres visitar? ¿Hacía dónde quieres llevar tu negocio? Ahora, convierte esos objetivos en declaraciones de gratitud. (* Me siento obligada a dar la siguiente aclaración: simplemente dar gracias que pagarás tus deudas sin hacer nada no pagará tus deudas.) Fe es activa, es descansar en Dios y avanzar, es trabajar mientras esperamos. La gratitud profética y la fe no harán que las cosas sucedan mágicamente, pero sí renovarán nuestra mente. Nos ayudarán a trabajar hacia nuestras metas y sueños con convicción y fuerza. Hay una diferencia entre querer algo y ser la persona que lo tiene. La gratitud profética nos ayuda a ser esa persona antes de tener / hacer la cosa. El año pasado hice toda una serie sobre cómo ser la persona de nuestros sueños para hacer y tener lo que soñamos. Puedes leerlos aquí:
Qué hacer cuando te desmotivas 🤗
Tengo fe que ninguna de las promesas que Dios te ha hecho se quedará sin cumplir. Él es fiel a Su Palabra y Su carácter es infalible. Él es bueno y puede ser confiado; es tierno y paciente. Une tu gratitud a tu fe y mira cómo te conviertes en la persona que Dios te diseñó para ser: alegre, creativo y valiente. Empiece el año, no solo dando gracias por el que acaba de terminar, sino por los 365 días (más o menos) que quedan por delante… días llenos de nuevas misericordias, esperanza y oportunidades. Dios tiene conquista, descanso, protección y provisión para ti. ¡Ve a buscarlo!
