LA HISTORIA DE MITIGADORES — The Nadia Kay Blog

¡Hola amigos y bienvenidos nuevamente al blog! El mes pasado aprendimos principios para tener un año de éxito. Si te perdiste una de las cuatro partes (o tal vez la serie completa) te motivo a que inviertas en ti mismo y en tus sueños. Puedes leer las cuatro partes en 20-30 minutos y recibir herramientas para cumplir tus sueños y metas. ¡Creo en ustedes y en todo lo que Dios tiene para cada uno de ustedes!

Algo que me ayuda mantenerme motivada son historias inspiradoras, y este mes les tengo cuatro historias de emprendedores que seguramente traerán aliento y esperanza a nuestras vidas. Nuestra primera invitada es la hermosa Daniela Roa, quien logró hacer de su tesis un emprendimiento exitoso e inspirador. ¡Bienvenida Dani linda!

Nadi, muchas gracias por invitarme a tu blog. Para mí siempre es muy emocionante compartir acerca de Mitigadores.

Mitigadores empezó cuando nació en mí el interés de contar la historia detrás de mi colección de turbantes, quería mostrar que este fue un instrumento que me llevó a identificar, conocer, manejar y aceptar mi pelo crespo. Mi gran plataforma fue mi proyecto de grado de la universidad, en el que expuse absolutamente todo mi proceso; Mitigadores aportó sustancialmente para que yo resurgiera como persona, Mitigadores representa para mí un cambio.

Hoy pienso que todo aquello que en algún momento trajo inseguridad a mi vida, hoy es el motor para levantarme cada mañana. Por eso siempre quiero dejar el mensaje de que todo lo que pasa en nuestras vidas tiene un propósito y las situaciones que nos hacen sentir vulnerables pueden ser las situaciones en las que se encuentran las oportunidades más maravillosas de nuestra vida. Por mucho tiempo sentí inseguridad de tener un pelo crespo, no sabía cuál era la manera de manejarlo y tenía una relación muy amarga con él, pero el turbante mitigó esa carga en mí y al arriesgarme a emprender cada día mitigo la carga del miedo y de sentirme incapaz. Es normal que relacionemos la vulnerabilidad con las emociones que queremos evitar, como el miedo, la incertidumbre o la vergüenza, pero es en la vulnerabilidad (situaciones que nos generan cierta urgencia de cambio) en donde está el origen de muchas alegrías, creatividad y amor y eso he experimentado con mi empresa.

Desde que estaba en mi primer semestre de la universidad veía marcas en Instagram de cuadernos, ropa, entre otras cosas, y soñaba con tener mi propia marca, ese siempre fue mi sueño. Yo me ponía a escribir los posibles nombres de mi empresa, los accesorios que vendería, etc. Cuando llegué al momento de hacer mi práctica profesional, reafirmé que no quería tener un trabajo de oficina y horarios; claro que estaba dispuesta a hacerlo si era lo que me tocaba, pero me convencí aún más de que mi pasión estaba por otro lado. Sin embargo, había una cosa en contra: siempre me consideré una persona muy distraída, desordenada y dispersa, y me aterraba la idea de tener que lograr TANTAS cosas para sacar un emprendimiento adelante. Pero fue una noche en la que me senté y me pregunté ¿Qué es lo peor que me puede pasar? No voy a saber si puedo, si no lo intento, y esa misma noche empecé, empecé con la finalidad de ayudar a muchas mujeres pero también con la finalidad de demostrarme a mí misma que yo estaba hecha de mucho más que inseguridades.

Ya son dos años desde que decidí creer que mi proyecto de grado no solo se quedaría en eso, sino que se podría convertir también en mi proyecto de vida. Había sustentado mi tesis hace aproximadamente un mes y yo había guardado todo y me había dispuesto a enviar mi hoja de vida a muchos lugares. Pero ese día pude vencer el miedo que había en mí y ese pensamiento que decía “No va a funcionar” y decidí creer en el proyecto que había hecho y llevarlo a otro nivel.

Empecé a soñar con lo que realmente me gustaría ver en mi vida profesional y no solo a aceptar lo que me “tocara” y fue ahí un 6 de julio del 2018 cuando di el primer paso. En realidad, yo no sabía cuál era el primer paso, pero sentía que si no hacía algo en ese momento no lo iba a hacer nunca, así que lo que hice fue crear un Instagram con el usuario @mitigadores y poner en la descripción los tres nombres de los capítulos de mi tesis, poner mi número personal de celular, postear algunas fotos de mujeres que habían sido inspiración para mí y de los turbantes que yo había hecho para mí, e invitar desde mi Instagram personal a mis amigos para que me siguieran. Y después de eso me fui a dormir, al otro día cuando me levanté la cuenta había crecido mucho más de lo que yo me esperaba y tenía tres mensajes que me preguntaban “¿cuánto valen los turbantes?” Ahí fue de donde me convencí, ¡y mucho! podía haberlo visto como algo poco, pero para mí fue la respuesta de que debía dar todo de mí para hacer crecer mi emprendimiento.

MITIGANDO CARGAS al emprender:

Creo que no existe una fórmula, lo que para mi es un negocio exitoso puede que para otros no lo sea, pero estas son algunas cosas que me ayudaron a crear y crecer con mitigadores.

TEN UN PORQUÉ muy claro. Esa razón que no te deja abandonar o salir corriendo en el primer momento difícil, una razón de peso para seguir. En mi caso hay una experiencia personal muy fuerte y significativa. Creo que pensar ¨¿Qué me apasiona? ¿Cuál es el mensaje que quiero que la gente reciba?¨ hace toda la diferencia.
NO TE COMPARES. Nuestra empresa es como un hijo: Compararlo puede herirlo y hacerlo ir a buscar cosas que no lo identifican ni representan. Creo que la clave es amar tu empresa y aceptarla tal cual es, aceptar y abrazar el proceso en el que está ahora, siendo consciente que dar lo mejor de ti es suficiente para que crezca sanamente como lo hace un niño que recibe amor y afirmación.
DISFRUTA EL PROCESO. Hay una frase hermosa que dice “El milagro está en el proceso” y creo que así es. El proceso es el que nos enseña y nos hace crecer.
ENFÓCATE. Que todos tus sentidos estén dirigidos hacia una meta. Lo que ves, lo que lees, lo que escuchas y lo que hablas. Creo que todo eso se transforma, ya sea en creatividad o en frustración.
CUIDA CADA CLIENTE. Tus clientes son quienes confían en tu trabajo, quienes invertirán su dinero para que tu empresa crezca. Tratalos con amor, crea una relación con ellos, no te limites a venderles un producto, impacta sus vidas de manera positiva.
SE CONSCIENTE DE TUS RECURSOS y aprovecharlos. La diferencia entre un emprendimiento que crece y otro que se estanca es la forma de usar los recursos. Entres tus recursos están: tu tiempo, tus talentos, tu dinero, etc.